Ahora nos adentraremos a estudiar un fenómeno social y político que caracterizo la historia de los países latinoamericanos durante la primera mitad del siglo XX, específicamente después de la gran crisis económica de 1929, hasta el comienzo de la Guerra Fría. Este fenómeno sera el POPULISMO.
A continuación encontraras una lectura que sintetiza el proceso histórico relacionado con el surgimiento del POPULISMO, sus orígenes, su configuración y su impacto en el poder estatal.
EL POPULISMO EN AMÉRICA
LATINA
v ¿Qué debemos
entender por POPULISMO?
En
política, el populismo (del latín: popŭlus, ‘pueblo’) es un término usado para
designar a la corriente ideológica que sostiene la reivindicación del rol del
Estado como defensor de los intereses de la generalidad de una población a
través del estatismo, el intervencionismo y la seguridad social con el fin de
lograr la justicia social y el Estado de bienestar.
v Orígenes del POPULISMO en América Latina
El
populismo de la primera mitad del siglo XX en los países latinoamericanos puede
tomarse como una etapa socio-política determinada por la conformación
definitiva de la sociedad de clases, dentro de un contexto de
industrialización y acelerada urbanización. En este orden, el origen del populismo
está ligado a la crisis del Estado Oligárquico heredado del periodo
colonial que se afianzo a lo largo del periodo republicano (siglo XIX).
El
populismo sucede a una serie de movimientos anti-oligárquicos de clase media, que
estaban revestidos de un espíritu liberal y que buscaban el establecimiento de
un estado de tipo Liberal (económica y políticamente hablando), difundiendo una
serie de ideas sobre el progreso económico, la reforma institucional, la
democratización, la libertad, etc. Sin embargo es la nueva estructura de
clases, creada por la creciente urbanización, la inmigración campo-ciudad,
el desarrollo industrial, el crecimiento del sector de servicios, la que
pone en jaque al sistema oligárquico. En esta crisis juegan un papel importante
además, tres acontecimientos externos: la Primera Guerra Mundial, la Depresión Económica
de 1930, y la Segunda Guerra Mundial; que funcionaron como rupturas
estructurales en las naciones de economía dependiente, como eran las latinoamericanas.
Estas
crisis mundiales provocaron convulsiones políticas internas en los países
dependientes del capitalismo, como lo eran los latinoamericanos, o propiciaron brote
de fuerzas políticas, sociales y económicas que se encontraban controladas
durante la vigencia de los gobiernos oligárquicos. De esta forma, el populismo
latinoamericano correspondió a una fase de las transformaciones del Estado
capitalista, en que la burguesía agroexportadora y la burguesía minera
y comercial pierden el monopolio del poder político en provecho
de las clases sociales urbanas: burguesía industrial, clase media, proletariado
industrial, militares, intelectuales.
v Configuración del
POPULISMO en América Latina
El
populismo en América Latina fue una alianza entre clases sociales
antagónicas, en proceso de formación (burguesía, por un lado, y proletariado,
campesinos y clases medias, por el otro), guiadas por el propósito de
confrontar y derribar el Estado Oligárquico. El período del ascenso y
auge del populismo es conocido como la "época de la política de
masas", en la cual la burguesía industrial asume el liderazgo de las
luchas reivindicativas y reformistas de la clase obrera y otros grupos
populares.
Dentro
de esta "pacto" es necesario diferenciar dos tipos de populismo:
ü El populismo de
las altas esferas (gobernantes, políticos, burgueses, profesionales, políticos,
demagogos), que utilizan tácticamente a las masas trabajadoras y a los sectores
más pobres de la clase media.
ü El populismo de
las masas (trabajadores, migrantes rurales, baja clase media, estudiantes
radicales, intelectuales de izquierda).
Para
la gran mayoría de los adeptos al populismo, lo que estaba en juego era
el ascenso económico y social. En un plano secundario se colocaba la
democratización de las organizaciones y las relaciones sociales. En la mayoría
de los casos el objetivo era lograr una estrategia política de desarrollo
económico nacional que exigía un cambio en el manejo de las estructuras de
poder, el manejo de las relaciones entre el Estado y la sociedad.
El populismo latinoamericano aparece como un
fenómeno urbano; su base social y económica está en las ciudades más
desarrolladas y en las que los sectores secundario y terciario tienen mayor
dinamismo. En algunos países con fuerte presencia indígena y con tradición
comunitaria en las bases (Perú y México) el populismo sufrió una variante
respecto al modelo urbano y capitalista al revestirse de en elemento
tradicionalista y anticapitalista, idealizando la aldea comunal indígena y
sus valores.
v El POPULISMO en el poder
Por
lo que respecta a sus fines económicos más generales, los movimientos y
gobiernos populistas fueron abiertamente favorables a la industrialización y a
la hegemonía de la industria sobre la agricultura y
la minería.
A
la industrialización se la tomaba como equivalente del desarrollo
económico en general, e indicador de bienestar social para el
proletariado, mientras que los sectores agropecuario y minero eran considerados
causas fundamentales de atraso económico y social. ¿Por qué? Los populismos
consideraban que la exportación de materias primas y
dependencia económica eran sinónimos para un país que no poseía industria. En
este sentido aparecía ligado el nacionalismo, respondiendo a un propósito
económico. En la medida en que desarrollaba una reorientación del subsistema
económico nacional y cierta ruptura con el imperialismo, el populismo tenía
algún compromiso con la idea de un capitalismo nacional y de una burguesía
nacional. Para ello era indispensable un Estado fuerte que controlara las
relaciones económicas capitalistas, que garantizara la nacionalización de la
economía.
El
populismo, en los países donde llegó al poder, adquirió formas autoritarias y
algunas de ellas, dictatoriales. El peronismo, cardelismo, getulismo,
velasquismo, marinismo, etc., tenían en común un marcado acento autoritario-
paternalista. Estaba en juego una estrategia política de desarrollismo nacional,
junto a la idea de remodelar las estructuras de poder. Por lo tanto, las masas
debían permanecer bajo el control estratégico de la burguesía, el cual sería el
encargado de idear y conducir el proceso. El gobierno populista aceptó apenas
la coraza política que las masas le podían propiciar (votos, comicios, huelgas,
etc.), pero bajo ningún concepto aceptó la defensa armada por parte
de trabajadores y estudiantes.